La retinopatía diabética es la principal causa de ceguera legal de personas en edad laboral en todo el mundo. Para su diagnóstico es necesario el control oftalmológico por médicos entrenados en la patología retinal. Es en el examen fundoscópico (fondo de ojos) donde se observan la primeras lesiones. En algunos pacientes se indican métodos de diagnóstico complementarios como son el campo visual computado (CVC), retinofluorescenografía (RFG) y O.C.T. (tomografía de coherencia óptica), o el simple control de fondo de ojos con intervalos de tiempos indicados por el profesional dependiendo del compromiso hallado.
Con respecto al tratamiento, según la gravedad del caso, puede ser necesario o no la intervención quirúrgica como ser fotocoagulación (láser), inyecciones intravítreas o vitrectomías.
La panfotocoagulación se realiza en sala común (consultorio de laserterapia) con dilatación pupilar sin internación (ambulatorio). El objetivo es la detención y en algunos casos la regresión parcial de ciertas lesiones, impidiendo el deterioro progresivo o retrasándolo. Ante la progresión de la enfermedad o n casos ya avanzados y/o complicados como por ejemplo desprendimiento de retina, hemorragias vítreas (intraoculares) y otras, se deberá eliminar todo material nocivo para la retina y cicatrices extrarretinales mediante microcirugía intraocular llamada Vitrectomía y combinarla con métodos de adherencia tales como láser Argón o Diodo láser, crioterapia o diatermia.
Por otro lado, el control de la patología ocular dependerá en gran medida del buen control metabólico de la enfermedad de base, sin esto, la tasa de fracaso de los tratamientos aumenta significativamente.